- ¡Qué bien que estoy!, mirá este queso y este tomate. En Italia nos gusta así.
- Mira, no sé si sabés, ya te vengo escuchando hace un rato ese tipo de comentarios. Supongo que tenés claro que no sos una pizza, ¿no?
- ¿Qué?
- Que no sos una pizza, sos un medallón de carne, un paty.
- ¿De qué hablás? Mirá todo el queso como se me está cayendo por los costados. Tengo unos tomates encima. No seas envidioso por favor.
- ¿Pero vos te viste a vos mismo? No sos harina, sos carne procesada.
- ¿Me estás cargando?
- Sos negro, o rojo. Mira acá a mano no tengo un espejo y además no tengo brazos ni la posibilidad de exhibirte tu propio aspecto, pero te aseguro que sos un paty, como yo.
- Vos sí que sos un paty, aburridísimo. No te veo el queso ni el tomate, a ver, a ver, no. No lo veo.
- ¡Porque justo se quedaron sin queso!, el último te lo llevaste vos.
- Envidioso, fast food, bancatelá. Yo soy más refinado. ¡Traiganmé rúcula y peperoni por favor!
- ¿De qué hablás? Yo también puedo llevar rúcula y peperoni. Además, ¡sos más barato! Digo, ¡La pizza es más barata!, nosotros somos patys, y con honra. No entiendo porqué querés hacerte pasar por pizza.
- Non so cosa stai parlando.
- Qué se le va a hacer, ya casi nos comen. Ya vas a ver cuando te metan entre dos panes.
- Spiacente, non ti capisco.